Cómo sobresalir en tu profesión
Denuncia Alain Deneault, filósofo y profesor de Sociología en la Universidad de Québec y autor de Mediocracia que “La mediocracia nos anima de todas las maneras posibles a amodorrarnos antes que, a pensar, a ver como inevitable lo que resulta inaceptable y como necesario lo repugnante”.
Según la RAE “me-dio-cre”, y citamos textual, significa “de calidad media, de poco mérito, tirando a malo”.
Etimológicamente viene del latín mediocris (medio, común, mediano, ordinario) que se considera un compuesto de “medius” (medio, intermedio, de en medio, central) y ocris, una palabra indoeuropea que significa montaña o peñasco rugoso.
Significaría algo así como el que se queda en la mitad de la montaña. Vamos, en la mitad de la famosa campana de Gauss.
Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía Política y Social en la Universidad del País Vasco afirma que “el sistema, por nuestro comportamiento gregario y por igualdad democrática, tiende a premiar la conducta adaptativa; lo malo es que también castiga la disonancia, lo disruptivo” …mmm…malo, malo para los tiempos que corren…
¿Qué podemos hacer para compensar esta tendencia nuestra a dar lo que se espera nada más, a conformarnos con lo suficiente, con lo correcto?
Daniel nos propone rodearnos de la compañía de alguien que nos diga la verdad a la cara, que no nos diga solo lo que queremos oír, como hacían “los bufones del Rey”. Y es que la figura del “Bufón de Corte” en la Edad Media poseía un privilegio muy preciado, pues era el único al que le estaba permitido cuestionar las leyes, lo establecido o incluso la palabra del rey. Bromeando sabiamente el bufón era capaz de poner al descubierto lo obvio de una decisión, la estupidez de una situación y todo ello ganándose el favor de la gente.
Podríamos decir que tenía muy bien trabajadas las siguientes destrezas:
- Autoconocimiento y Autocrítica: el bufón tenía que medir muy bien lo que decía, había una delgada línea roja que no podía traspasar y jugaba con sus propios defectos y miserias para exponerse y ser el primero en ser criticado.
- Sentido del humor y pensamiento crítico: la posición del bufón oscilaba entre el entretenimiento y el de consejero y era muy hábil al emitir con gracia “verdades como puños”. A la par que hacía ver que se reía de sí mismo realizaba una crítica sutil e irónica capaz de llevar a la reflexión al mismísimo rey.
Si llevamos esta metáfora a cómo nos postulamos como candidato empezando por nuestro CV, a cómo dirigimos un proceso de selección, a como lideramos, a cómo realizamos nuestros proyectos, a cómo vendemos etc. ¿Estamos en la mitad de la montaña o más arriba? ¿Podemos subir más? ¡Pues subamos la media!
Así que tanto si eres candidato, seleccionador, manager, directivo, técnico, experto o en definitiva cualquier profesional que quiera alejarse de la media, asegúrate de trabajarte estas destrezas o bien puedes hacerte con tu particular “Bufón del Rey”.
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