Proceso de selección. Puerta de entrada de la diversidad.

Y es que la fusión de talentos y la diversidad se están convirtiendo en elementos esenciales para generar ecosistemas creativos en las organizaciones, para lograr que sean capaces de dar solución a situaciones tan complejas como las que estamos viviendo en este 2020.

En el paradigma actual los profesionales de selección se han convertido en una pieza clave, no solo por el hecho de incorporar a los talentos adecuados para “ese puesto”, si no por el hecho de identificar a perfiles que la empresa necesita para evolucionar, pero cuyos planteamientos pueden chocar en un primer momento con la cultura actual de la misma.

Muchos procesos de selección incluyen diferentes visiones internas o externas; la de RRHH, la de la empresa externa de selección, la del responsable directo etc., cierto es que esto ofrece diferentes percepciones de los candidatos, pero en general todos coinciden en una cosa: que el candidato “encaje” en el estilo de empresa, algo natural por otro lado.

Pero ¿y si el reto de conseguir una diversidad amplia en una organización es introducir elementos que provoquen divergencia, que consigan romper el pensamiento único, que nos despierten de una miopía endogámica?

El abanico de la diversidad a la que nos referiremos es amplio, y por tanto no solo hablamos de la diversidad de género, en la que se está trabajando.

Hablamos de trabajar la diversidad generacional, lograr que deferentes generaciones convivan con fluidez, que exista un transvase de Know How intergeneracional que puedan permitirnos múltiples y diversos enfoques sobre la misma situación para dar con la combinación que nos haga hacer algo diferente.

¿No es ese un ingrediente esencial en cualquier proceso creativo?

No están los tiempos como para prescindir de personas de talento sean de la generación que sea. Discriminar por edad o cualquier otro tipo de etiquetas arcaicas es demasiado simplista para la complejidad del momento.

Hablamos también de una diversidad menos tenida en cuenta, la diversidad de mentalidad, la mentalidad con la que una persona, un equipo afronta los problemas, los retos.

Más aún, hablamos de diversidad de roles, la forma natural en la que una persona puede contribuir de forma brillante a un equipo a una organización.

Parémonos a observar cuáles son los roles y perfiles que más abundan en nuestra organización, si dejando a un lado el área comercial, observamos que la mayoría de nuestros perfiles se les da muy bien implementar ideas, hacer que las cosas sucedan de forma optimizada y eficiente y finalizarlas con altos niveles de calidad ¡bueno, es genial!

Pero que pasa si tenemos que cambiar y cambiar rápido, ¿dónde están las personas que tienen ideas?, ¿dónde están los provocadores de cambios? ¿dónde están las personas que nos hacen mirarnos en el espejo?

Eso no se cambia de la noche a la mañana, no va de dar un taller de creatividad o un proyecto de innovación interno, no tenemos “la mentalidad entrenada”. Más bien va de una estrategia de formación y selección que se inicia desde que pensamos hacia dónde queremos ir y qué necesita la compañía para transformarse.

En lo ecléctico de nuestros equipos hay una riqueza singular que nos hará únicos de cara al mercado y si nos faltan elementos para serlo, pues prestemos atención al momento de seleccionar, es la puerta de entrada de nuestra futura diversidad.