Cuando las empresas inician procesos de reestructuración, salidas puntuales, despidos colectivos o bajas voluntarias incentivadas, los profesionales afectados deben reorientar su carrera hacia un nuevo proyecto profesional.
Todos tenemos algún familiar o amigo que ha pasado por esta situación. Su empresa le comunica que no va a seguir contando con él y es cuando se le viene el mundo encima. Hace muchos años que trabaja para esa compañía (décadas, en algunos casos), ha alcanzado un puesto de responsabilidad, dirige a un equipo, le gusta su trabajo, es lo que ha venido haciendo a lo largo de casi toda su vida laboral… Y de repente, todo cambia.
Hay que reciclarse, reinventarse, encontrar un nuevo camino que le guíe hacia un (aún incierto) reto profesional. Con el temor de no encontrar trabajo, sobre todo cuando se trata de un profesional senior. Como señala el XIII Informe Lee Hecht Harrison sobre Outplacement, “esta situación se da con más frecuencia en los hombres mayores de 50 años (un 58%)”.
Aquí te explicamos más sobre su concepto: Qué es el outplacement
Cómo te puede ayudar un programa de outplacement
Ante esta situación de gran desasosiego y desorientación, que no cunda el pánico. No estás solo en este trance. De hecho, cada vez más las empresas contratan programas de outplacement para gestionar la desvinculación de los empleados ayudándoles a dar el salto hacia una nueva etapa profesional, a mejorar su empleabilidad y a recolocarse en el mercado laboral lo antes posible.
Gracias a estos programas, se consigue reducir el tiempo medio de búsqueda de empleo hasta en un 58,5% con respecto a la media nacional. De hecho, “el periodo medio de recolocación en estos programas se sitúa en los 4,9 meses, en lugar de los 14,9 meses de media que tarda un desempleado en contar con un nuevo trabajo”, según desvela el citado informe.
Fases de un programa de outplacement
Como explicábamos, el objetivo del outplacement es que la persona se reintegre al mercado laboral en el menor tiempo posible. Para ello, es fundamental establecer unas fases durante el proceso para lograr esta meta final:
- Fase de preparación: aquí prima la recogida de información para conocer y evaluar al candidato.
- Plan de acción de búsqueda de empleo: incluye formación, presentación de oportunidades y asesoramiento personalizado tras realizar una valoración y haber definido las competencias y expectativas laborales del candidato.
Un poco de historia…
Aunque las empresas de outplacement o recolocación existen en España desde los años 80 y su objetivo es ofrecer herramientas a las personas en desempleo (en su mayoría, perfil directivo) para la búsqueda de un nuevo puesto de trabajo, esta concepción inicial ha ido evolucionando y han sido cada vez más utilizadas por empresas como palanca de la de Responsabilidad Social Corporativa (“RSC”) desde una triple vertiente:
- para la persona implicada (encuentra trabajo en menor tiempo y grado de satisfacción y refuerzo de la autoestima);
- para la empresa de la que proviene (mejora de la imagen y reputación corporativa):
- para la sociedad en general (ahorro de prestación por desempleo).
Desde la reforma laboral de 2012, en la que se exige la utilización de un plan de acompañamiento o recolocación para los despidos colectivos que afecten a más de 50 empleados, los programas de outplacement se han desarrollado y expandido su contratación por parte de las empresas.
Como vemos, la recolocación laboral, además de ser un deber legal empresarial en ciertos supuestos, constituye un elemento imprescindible de la RSC al ocuparse del talento de un trabajador durante todo su ciclo de vida profesional.
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